viernes, 30 de noviembre de 2007

Te quiero, viejo

Después de la queja al vacío por el enjambre de nuestra bendita ciudad, bajé un cambio, miré a mi alrededor y ví a mi viejo de 76 años poniendo todo para recuperarse de su operación. Y mi queja se diluía hasta desaparecer... Estoy diciendo que lo admiro, que veo la polenta que pone para superar las dificultades y como me enseña a no ahogarme en un vaso de agua. Esta mañana mientras mi mamá desayunaba antes de ir a la clínica a verlo, me pasó esta frase:
"Sabio es aquél que lamenta un poco menos, que espera un poco menos y que ama un poco más"

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