miércoles, 4 de mayo de 2011

Después de todo

Después de todo -pero después de todo-

sólo se trata de acostarse juntos,

se trata de la carne,

de los cuerpos desnudos,

lámpara de la muerte en el mundo.

Gloria degollada, sobreviviente

del tiempo sordomudo,

mezquina paga de los que mueren juntos.

A la miseria del placer, eternidad,

condenaste la búsqueda, al injusto

fracaso encadenaste sed,

clavaste el corazón a un muro.

Se trata de mi cuerpo al que bendigo,

contra el que lucho,

el que ha de darme todo

en un silencio robusto

y el que se muere y mata a menudo.

Soledad, márcame con tu pie desnudo,

aprieta mi corazón como las uvas

y lléname la boca con su licor maduro.

Jaime Sabines