lunes, 28 de noviembre de 2016

Una tal Manuela Malasaña

Buenos Aires tiene una amplísima gama de bares y restaurantes para visitar, el porteño es muy "barero" y adora salir a comer afuera. No somos la excepción, sin embargo, muchas veces preferimos cocinar en casa, por cuestión de pesos y de calidad. Digamos que para dejar dinero afuera, tiene que valer la pena. Últimamente se esta dando un boom en los lugares de esparcimiento gastronómico: el del diseño. Decoración vintage (perdón, debería decir "decó"), sillitas de lata mononas pero incomodísimas, mesas muy juntas, que hacen que la conversación en vez de ser de dos sea de cuatro...y muchos detalles más para captar la atención de aquellos a los que todo les entra por los ojos. No digo que no sea agradable estar en un ambiente arreglado, el caso es que en ocasiones, el sitio en cuestión sólo ofrece eso: un lindo lugar. Y la carta? Y la atención? y los precios? Bueno, son muchas preguntas, un local de comidas es todo un tema y si encima una es aficionada a la cocina, es más difícil salir plenamente satisfecha.
Voy a ir haciendo cada tanto algunas reseñas de lugares que visite. Aclaro que nadie me sponsorea, ni tengo amigos que tengan restaurantes, es todo según mi opinión de clienta exigente (bah, hay que ser un poco exigente, no? Nadie nos regala nada.)
Empecemos con un lugar que adoro: Manuela Malasaña. Un restaurante de tapas y pinxos, comida básicamente española. Fui varias veces, probé el brunch que es muy abundante y sabroso, y varias comidas en otras oportunidades. El lugar es muy bello, la atención super esmerada, atienden bien, asesoran sin atosigar. La comida riquísima y porciones considerables, aclaro que no como mucho, pero siguiendo las sugerencias que brindan, se come muy bien. Los precios son normales, no te matan, y NO COBRAN CUBIERTO, una muy mala costumbre (un curro, bah) de la mayoría de los restaurantes porteños.
Muy recomendable!






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